lunes, 22 de octubre de 2007

Más que una simple palabra

Hay una palabra describe mis raíces, mi origen y el lugar de donde vengo. Mucha gente ha escrito cosas acerca de ella. Hoy me uno a este incesante derramamiento de tinta sobre algo que se puede decir con una sola palabra.
Quizás Patria no sea un término muy popular en otras latitudes. Quizás es muy abstracta, o muy inmensurable, o de muy alto contexto. O muy importante o muy olvidada. O muy inocente e idealista. O muy tercermundista.
Y es que la Patria no es un concepto concreto de límites o localización geográfica. No la puedes encontrar entre meridianos y paralelos o medirla en grados. Es más como una sustancia que es parte del torrente sanguíneo y corre como le da la gana por tus venas y arterias. Quizás nunca la veas, pero sabes que esta allí. Real. Viva. Única. Tuya. Está en tu alma.
La Patria es esa mujer de piel dorada y sonrisa hecha de azúcar y estrellas de verano; con su cabello largo ondeando al ritmo de la brisa de mar y los tambores de otros tiempos. Su fragancia de mango maduro y café caliente, de miel y de queso blanco, de sudor y hojas de limón puede llegar a ser el amor verdadero que invade cuando estás lejos. En lo único que puedes pensar es en estar entre sus brazos otra vez.
La Patria es más que tierra y propiedad. Está en el pasado y en la pasión que solo puedes entender si cierras tus ojos y la sientes. Patria es la certeza de donde vienes. Es de identidad y de historia, pero es mucho más que eso. Significa familia y amor y dolor. Patria es el marco de todas tus memorias; la imagen de la bandera ondeando soberana sobre las siempre verdes colinas de un lugar que es tuyo.
La Patria es el viejo sentado frente a su casa, dejando que el sol de la tarde bese su cara. La patria son los niños que corren a través de las luces rojas mientras te ofrecen una bolsa plástica llena de naranjas dulces junto con la oportunidad de calmarles el hambre, al menos por ese día. Patria son nuestros eternos 30 grados Centígrados y nuestro 99% de humedad relativa que nos hace hablar más rápido y perder la paciencia cuando se daña el aire en medio del aguacero del mediodía. Patria es esa música que todo el mundo canta en el silencio de su corazón y que significa lo mismo para todos y diferentes cosas para cada uno.
Patria no se trata de poder o ingreso bruto o las guerras que has ganado o las estrellas en tu pecho, sino del sabor de las comidas de mamá o del recuerdo de la brisa bajo la sombra de los árboles. A la Patria la puedes llamar cuando quieras y el modo en que su nombre sale de tus labios te llena de una manera inexplicable que es capaz de estremecerte. Patria es la cadena de palabras que forman tu idioma, porque esas son las palabras con las que aprendiste a soñar, a sufrir, amar, a pensar y a sentir.
Patria no es el lugar en donde puedes hacer más dinero o tener mejores oportunidades. La Patria es ese puñado de luces blancas que desde la distancia es lo único que necesitas para sentirte vivo de verdad. La Patria es algo que debe ser lo suficientemente grande para que mueras por ella y para que te sientas orgulloso pero lo suficientemente pequeña llevarla en tu bolsillo a donde quiera que vayas.
La Patria es el dolor que te mata cuando alguien la denigra solamente porque es pequeña o pobre, o diferente o simplemente porque ellos no entienden como puedes ser tan sensible sobre algo que no se puede ver ni tocar.
No hay otra palabra que signifique lo mismo. Nada que se compare. Nadie nos lo puede explicar. No dejemos que aquéllos que no tienen ni sueños, ni ilusiones, ni nada que decir, se atrevan a empañar nuestros sentimientos o nuestro presente.

domingo, 7 de octubre de 2007

No admito (Mi reconciliación con Shakespeare)

No admito que se pueda destruir
la unión fiel de dos almas.
No es amor el amor que no logra subsistir
o se amengua al herirle el desamor.

El amor verdadero es tan constante,
que no hay nada que pueda reducirlo;
es la estrella de toda barca errante,
cuya altura se mide, no su brillo.

No es juguete del Tiempo, aunque los labios
y mejillas dobléguense a su suerte;
no alteran del Tiempo los agravios,
Pues su reino no acaba con la muerte.

Y si eso es falso y fuera en mi probado,
ni yo he escrito jamás ni nadie ha amado.

William Shakespeare
(1564-1616)

Let me not to the marriage of true minds
Admit impediments.
Love is not love
Which alters when it alteration finds,
Or bends with the remover to remove:
O no! it is an ever-fixed mark
That looks on tempests and is never shaken;
It is the star to every wandering bark,
Whose worth's unknown, although his height be taken.
Love's not Time's fool, though rosy lips and cheeks
Within his bending sickle's compass come:
Love alters not with his brief hours and weeks,
But bears it out even to the edge of doom.
If this be error and upon me proved,
I never writ, nor no man ever loved.

RAMÓN FRANCO: REINVENTANDO EL NEGOCIO MARÍTIMO

Por: Klenya Morales de Bárcenas (@klenyamorales) Especial para la Revista Viento y Marea de la Autoridad Marítima de Panamá  Ramón Franco n...