martes, 19 de noviembre de 2024

RAMÓN FRANCO: REINVENTANDO EL NEGOCIO MARÍTIMO

Por: Klenya Morales de Bárcenas (@klenyamorales)
Especial para la Revista Viento y Marea de la Autoridad Marítima de Panamá 

Ramón Franco no está ocupando la Dirección General de Marina Mercante de la Autoridad Marítima de Panamá (AMP) por casualidad.  Desde antes de su llegada al mundo, su destino estaba irremediablemente entrelazado con el transporte marítimo.  Pertenece a una cuarta generación de abogados, tercera de especialistas en Derecho Marítimo.  Su abuelo Joaquín y su tío abuelo Teodoro, fueron pioneros en la travesía de registrar naves y fundaron la firma Franco & Franco. Ramón Franco Senior continuó escribiendo con pasión la historia familiar, uniendo el futuro profesional de su hijo al de las naves.

La historia y perspectiva del licenciado Franco nos ofrecieron un contexto único y personal del hombre tras el escritorio. A continuación, les presentamos los resultados de su conversación con Viento y Marea.

VM: Seamos directos ¿Por qué escoger la bandera panameña?
RF: ¿Y por qué no? (nos responde sonriente, es una sonrisa de confianza).
Son 100 años de hacer las cosas súper bien.  Un siglo de experiencia comprobada.  Somos los primeros en entender nuestra categoría de negocio. Brindamos seguridad jurídica, ofrecemos ese atractivo comercial y nos manejamos al ritmo de la industria.

VM: Ramón Franco en una palabra:
RF: Dinámico.

VM: ¿Cómo describiría su estilo gerencial?
RF: Balanceado. Trabajo en equipo, con comunicación y respeto. Hago uso efectivo de estadísticas e información, me gustar pensar fuera de la caja y reinventar a medida que avanzo.  Procuro buscar soluciones creativas y no quedarme estático. Me encanta lo que hago y eso influye en mi manera de gerenciar…

VM: Usted es abogado y el universo de las leyes es amplio.  ¿En qué momento Franco se interesa por el tema marítimo?
RF: ¡Yo estoy abanderando naves desde antes de nacer! (contesta sin siquiera pensarlo). Mi abuelo, Joaquín Franco fue mi gran influencia. Fue el primer abogado de la familia que se aventuró al registro de naves y yo trabajé por muchos años en su firma forense. Tenían oficinas en Londres y en Grecia, países maritimistas por excelencia.  Esa fue mi escuela. Tengo 20 años de trabajar en el sector y de tramitar en la AMP ejerciendo el Derecho Marítimo principalmente, en registro de naves y ahora tengo el honor de pertenecer a este gran equipo, con funcionarios a quienes respeto y admiro.

VM: La AMP no es la típica oficina pública.  Uno entra por esa puerta y sabe que está frente a una realidad diferente. ¿Por qué?
RF: Se debe a esa interrelación o mancuerna entre el ámbito privado y el sector público. Eso hace a la AMP diferente. También contamos con un equipo comprometido con la experticia del mundo marítimo, que está dispuesto a caminar la milla extra.  Es un recurso humano que se siente orgulloso del rol que juega el país y del apoyo que le da al mundo marítimo. 

VM: ¿Qué es lo más difícil de dirigir a la flota de marina mercante más grande del mundo?
RF: El reto más difícil, obviamente es crecer. Pero para mí no es “difícil” per sé. Simplemente porque es un tema que me apasiona. Lo complicado es implementar esas respuestas en tiempo real, pero estamos trabajando en eso.

VM: ¿Cuál es el mayor reto de los estudiantes en materia logística o marítima? 
RF: Yo recomendaría que aborden su educación con un pensamiento de proyección internacional, porque este negocio es global.  No es posible entenderlo si no se ve la “big picture”: Panamá como país marítimo no solo sirve al pueblo, sino al mundo entero.

VM: ¿Cuál es la misión de los abogados marítimos?
RF: Tuve el privilegio de presidir la Asociación Panameña de Derecho Marítimo (APADEMAR) por dos años consecutivos y he estado en la junta directiva por diez años.  Participé en diversas mesas de trabajo y proyectos que ya son leyes de la República.  El abogado marítimo juega un importante papel en la economía panameña y ha sabido detectar esas oportunidades de negocio del país ante el mundo.
Los abogados fueron los que salieron a promocionar, mercadear la plataforma de servicios internacionales del país.  Hay firmas de abogados que tienen décadas y décadas abanderando, y ellos forjaron el registro de naves como lo conocemos hoy.  En los inicios del siglo pasado, sencillamente agarraban su maleta e iban por el mundo a vender nuestro registro.  Desde entonces han acompañado a los navieros durante su crecimiento hasta que se convirtieron en las flotas mercantes que hoy mueven la economía del mundo, navieros que confiaron en los abogados panameños para registrar sus naves por medio de los vehículos corporativos ofrecidos en Panamá.  Ello implica una relación de confianza: los gobiernos cambian cada cinco años, pero la cara del abogado marítimo, permanece. Y ese sistema es el que demandan los usuarios del registro. 

VM: ¿Cómo nos va a sacar de las listas grises?
RF: Con una flota renovada con naves más jóvenes, que usen energías más limpias, aplicación de normativas que establezcan procedimientos más expeditos para el descarte de naves infractoras, contaminantes o que presenten antecedentes de opacidad; mayor monitoreo de la flota y actualización de los datos de nuestras naves. Prueba de esta agresiva estrategia es el Decreto Ejecutivo 512 del 18 de octubre de 2024, publicado el pasado 19 de octubre en la Gaceta Oficial y emanado de la Dirección General de Marina Mercante de la AMP. Independientemente de las razones por las que se nos hayan incluido, tenemos un compromiso de elevar nuestros estándares. Estamos en una situación incómoda, pero haciendo lo que hay que hacer para mejorar la competitividad del país.

VM: Háblenos de la Sociedad Marítima…
RF: Siete abogados de APADEMAR desarrollamos ese proyecto en pandemia, así que se llevó a cabo por Zoom. Nos mantuvo la mente ocupada en esos momentos que atravesaba el mundo. Y yo me enorgullezco de APADEMAR, porque a pesar de la situación, los abogados comprometidos estábamos proponiendo e innovando. Bajo mi presidencia y en conjunto con el Colegio Nacional de Abogados presentamos el proyecto, que ahora debe ser aprobado por la Asamblea y el Ejecutivo.
Esta figura es un nuevo producto, una sociedad comercial, flexible y adaptable a cualquier iniciativa que implique actividad marítima.  Se registraría en la Dirección General de Registro Público de Naves y podría convertirse en la vía preferida para desarrollar el negocio naviero.

VM: Háblenos sobre el papel de la mujer en el mundo marítimo.
RF: Es sencillamente sobresaliente. La industria marítima es global y precisa del aporte de todos.  Debe incluir a todo el mundo.  En mi equipo de trabajo cuento con el apoyo de muchas mujeres en posiciones clave quienes cada día ejercen un comprobado liderazgo y hacen la diferencia.

VM: ¿A quiénes invitaría a cenar?
RF: El Ramón Franco marítimo invitaría a Aristóteles Onassis, una celebrity del negocio marítimo.  El Ramón Franco normal invitaría al vocalista de Rolling Stones, Mick Jagger. Crecí con música increíble…

 
VM: Un sueño por cumplir…
RF: Yo estoy viviendo mi sueño.  Me encanta mi cargo en la Dirección de Marina Mercante.  Para mí no hay nada más gratificante que devolverle al mundo marítimo algo de tanto que he recibido.

 

 

 

 

 

 

  

sábado, 9 de noviembre de 2024

Mindfulness

 

¿Conciencia total? No, en español no tenemos una palabra para eso. Y de repente, me encuentro esa idea por todos lados.

No sé si son los cincuenta que ya me están respirando en la nuca o las modas esa de very demure, very mindful, que no termino de entender se están metiendo en mi cabeza, pero últimamente me he sentido muy concentrada en el presente. Demasiado embebida en los detalles. En el aire del ruidoso abanico de mini-torre de mi escritorio. En los rayos de sol a través de la ventana. En el parpadeo del cursor desde mi página en blanco.  En los truenos, la brisa fría, en las gotas de lluvia.  En los cientos de hoyos que tapizan el puente de las Américas, que últimamente tengo que cruzar casi todos los días. En cada grano de azúcar y canela sobre unos churros calentitos.  En los colores del cielo allá donde se junta con el mar. Cada barco en la lejanía.  Cada contenedor encima de cada barco. En la historia que cada persona lleva en la espalda.
Pero eso no es lo único raro, diferente… también está la paranoia.  Yo siempre he sido súper positiva y hasta despreocupada.  Pero de un tiempo acá mi mente no descansa y ese estado de alerta permanente hace que también advierta las mil y una cosas peligrosas del día a día que nunca van a suceder.  Siempre estamos al borde de la muerte, pero no sé qué tan positivo es estar demasiado consciente de ello, de que algo puede pasar y tu vida entera puede cambiar.
He dejado de andar en piloto automático por la vida, como hipnotizada por la rutina y me encuentro atrapada por los mil presentes, por las pequeñas decisiones, por las cadenas de eventos.  Cada sorbo de vida, los segundos de aburrimiento, las canciones en la radio que hoy cumplen cuarenta años, las manecillas del inmisericorde reloj. Tener total conciencia de las cosas que van pasando no me es en absoluto relajante.  Es más bien estremecedor y preocupante. No se supone que el simple hecho de vivir lo suma a uno en la ansiedad. Mi vida no era así y no sé si me guste este cambio.   ¿Será mi propia crisis de la edad madura?
Todo esto ha coincidido con la sequía de lectura que estoy padeciendo desde que en abril terminé de leer Anna Karenina, mi primer ladrillo ruso, que supuso una sobrecarga en mis sistemas.
Lo otro que también me está pasando con tanta conciencia es el pensamiento de que los seres humanos hemos transformado este planeta y estamos rodeados por un vasto espacio, solos.  Si uno se pone a pensar en todos los detalles de la creación y en toda la maravilla que es la humanidad, tiende a quedarse sin aliento.  Uno afirma que todo esto no puede ser obra de la casualidad. La sola idea de que todo sucedió al azar, se me antoja más ridículo que nunca.
Definitivamente deben ser los cincuenta, un hito al que le temo, porque verdaderamente pone a la juventud allá a lo lejos, pero que es el signo de que sigo tratando de salirme con la mía durante mi presencia en este mundo.
Esto es como un bache filosófico dentro de mi vida. Necesito respuestas, no sé si es una etapa o será la tónica de mi existencia en adelante.  Lo que quiera que sea, pues bienvenido. Tendré que poner a mi mente a trabajar a mi favor.   
Deséenme suerte.

RAMÓN FRANCO: REINVENTANDO EL NEGOCIO MARÍTIMO

Por: Klenya Morales de Bárcenas (@klenyamorales) Especial para la Revista Viento y Marea de la Autoridad Marítima de Panamá  Ramón Franco n...