Lana recordaba muy bien una de sus primeras confesiones. Tendría unos16 años y los pecados se trataban de las andanzas con su primer novio. El confesor era un sacerdote que jamás había visto antes, un hombrebarbudo que casi podía recitar con ella cada uno de los detalles deaquellas faltas. ¿Cuántas veces las habría escuchado? Caricias. Mentiras. Vergüenzas. Parecía aburrido de oírla, y para interesarlo, aLana se le ocurrió contar un pecado de relleno. El pecado no debería ser muy relevante, pero a decir verdad no llevaba ni dos minutos deconfesión y ya se le había agotado el tema. Le pareció que debía decir algo más.
Klenya Morales M. (Letras Cómplices, 2007)
viernes, 13 de julio de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Sisterhood
Por: @KlenyaMorales Esta idea viene dándome vueltas en la cabeza hace ya un par de semanas, y hoy se deja atrapar, como una mariposa por una...
-
No admito que se pueda destruir la unión fiel de dos almas. No es amor el amor que no logra subsistir o se amengua al herirle el desamor. El...
-
El padre Carlos está de paso por ciudad de Panamá. Ha venido desde Perú a darles la bendición a sus padres, Carlos Echeverría y Mariela...
-
Cuando me dijeron que mi pequeño bebé tendría que pasar los primeros días de su vida en un hospital de la Caja de Seguro Social, pensé que m...
No hay comentarios:
Publicar un comentario