Mi primer nombre era el suyo
hecho de sus ojos tristes y de sus derrotas
Luego me llamé, en su pecho
como quien espera una tarde sin final
Siempre me dijeron niña
me importó un segundo y me acababa
Leve y alta
como la última ola
de una marea que ya no crece
olvidada por la luna.
Klenya M. Morales
10 julio, 2008
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