Hacia ti va mi apetencia,
y no me pesa
Sometida a tu nombre,
el anillo que me diste me ha sacado del mundo.
Por una palabra tuya soy capaz de sanarme
soy tu pan de cada día. Soy tu Verbo. Soy tu carne.
Hacia ti va mi apetencia,
porque quiero
y renuncio a la magia de mi origen
y decido ser más débil que este voto
de volver a ti, cada noche.
De morir por ti, en cada estrella.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
50 años: cremas, música y sueños
Por: Klenya Morales Aunque quisiera más garantías de salud y vida, no cambiaría ni por un segundo aquel aterrizaje del 18 de abril de 1975. ...

-
Por: Klenya Morales (@klenyamorales) para Viento y Marea Con el ritmo metálico del tren como testigo nos recibe Rina Berrocal, subdirecto...
-
Hace unos días celebré con auténtica felicidad que mi hijo menor comenzara a andar en bicicleta sin rueditas . Entre caídas, raspones y su...
-
No admito que se pueda destruir la unión fiel de dos almas. No es amor el amor que no logra subsistir o se amengua al herirle el desamor. El...
No hay comentarios:
Publicar un comentario