Publicado en el Suplemento Ellas del Diario La Prensa, Especial del Día de la Madre,
Miércoles 18 de noviembre de 2015
¿Se acuerdan de Jennifer López y Jane
Fonda en la película "Monster-in-Law"? Lamentablemente, ése es el
estereotipo de la suegra, quien por los motivos que sea ha ganado una
mala fama sólo comparable a las de las brujas de los cuentos. La
relación cordial entre suegras y nueras es uno de los grandes misterios
de la naturaleza. De hecho, a mí me parece totalmente antinatural y
materia de ciencia ficción. Son dos amores diferentes pero muy grandes
tratando de coexistir en el tiempo.
Lo que pensé iba a ser un
artículo complicado, se ha vuelto un tema del que todo el mundo tiene
mucho que hablar, pero no se atreve. O al menos no con nombre propio. Y
es que en esta ocasión, me refiero a la delicada relación que existe
entre una madre y la mujer con la que su hijo se va a ir para siempre. O
la de una esposa, con quien hizo de su marido, el hombre de quien se
enamoró y a quien escogió para amar por el resto de su vida.
Lo
único constante en la vida es el cambio, y el cambio que sacude las
vidas de este triángulo arquetípico (madre-hijo-esposa), merece especial
atención, pues dependiendo de cómo se den las cosas, se garantizará un
ambiente de armonía o de una pesadez no vista entre las familias. Cada
persona es distinta y habrán tantos tipos de suegras y nueras como gente
haya en el mundo. Pero hay algunos clásicos. Tu caso puede ser a, b, c o
todas las anteriores:
Suegra metida: Este es uno de los tipos de
suegra más populares. Quiere extender su control, saber, ayudar y opinar
sobre todo en la vida de su hijo. No se dio cuenta que el hijo salió de
casa a formar un nuevo hogar, en donde la reina eres tú. Entre sus
principales hazañas están, llegar sin anunciarse y dar consejos no
solicitados.
Suegra indiferente: Se desentiende totalmente de su
criatura, le empaca hasta las fotos de bebé y sólo aparece por tu casa
cuando la invitan. Pareciera que no veía la hora de que el hijo se
fuera.
Suegra servicial: Acude rápidamente a los llamados de los
esposos y siempre está dispuesta a ayudar. No se queda en tu casa más de
lo estrictamente necesario. No se mete en donde no la llaman.
Suegra víctima: Dice que desde que el hijo se fue de casa, ella ya no
existe para él. Obviamente culpa a la esposa y se queja constantemente
de eso. También le cae el calificativo de "Suegra Drama Queen".
Suegra amiga: Se vuelve de las mejores amigas de la nuera, la aprecia
genuinamente y hasta hacen causa común frente al esposo. De estas
suegras he escuchado decir "si mi hijo engaña a mi nuera, que no se le
ocurra aparecerse en mi puerta."
Suegra Guerra Fría: Hay una
rivalidad con la nuera, y una tensa calma. Aprovecha cada oportunidad
para destacar los fallos de la nuera con indirectas, sin importar cuánto
empeño ponga ésta en agradarla. Nunca será suficiente para su hijo.
Punto.
Suegra ninja: Trata de manejar los hilos de todo
silenciosamente. Ni se oye, ni se ve, ni se siente. Siempre está
tramando algo.
Suegra Corleone: Quiere ser el centro de gravedad de
la familia y que tú orbites a su alrededor. Quiere hacer almuerzos todos
los domingos en su casa, con mil platillos suculentos que tú jamás
podrás igualar en sabor o presentación y espera poder opinar sobre todas
las cosas importantes de los esposos.
Suegra Dr. House: Este tipo
de suegra posee muchos conocimientos en medicina general y es capaz de
hacer diagnósticos acertados sobre cualquier mal que aqueje a tus hijos.
Probablemente todos pudieron haberse evitado con una buena dieta, más
abrigo y no andar descalzos como si fueran los Picapiedras. En una
palabra: toda enfermedad de los niños es culpa de la mamá.
Suegra
alchahueta: Ve por los ojos de su niño lindo. Es incapaz de ponerse de
lado de la nuera. Y en cuanto a los nietos, su lema es "Lo que sucede
donde la abuela, se queda donde la abuela".
Suegra Sith: En esta categoría, las mandaré a buscar en Google. De preferencia con la Marcha Imperial como música de fondo.
Suegra perfecta: Supongo que una combinación elegante de todas las anteriores.
Las nueras tampoco se quedan atrás. Colocaré algunos tipos nueras
clásicas y tú define en cuál encajas. De nuevo, estoy segura de que
caerás en varias categorías.
Nuera independiente: se asegura desde
el día 1 de colocar a la suegra en su lugar y que sepa que no permitirá
intromisiones no deseadas en su casa, ni visitas sin invitación, ni
almuerzo dominical obligatorio.
Nuera alfombra: Se pliega a los
deseos de la suegra en una necesidad casi enfermiza de caerle bien. Es
incapaz de llevarle la contraria en ningún asunto ni conversación, por
inocente que esta sea. Es una relación basada en el miedo.
Nuera
inteligente: Entiende perfectamente el peso específico de la madre de su
marido en su vida. Sabe que es mejor tenerla de su lado.
Nuera
amiga: Se corresponde con la suegra amiga. Es uno de los estados ideales
de este tipo de relación. Requiere gran cuota de inteligencia de ambas
partes.
Nuera hija: Se vuelve otra hija para la suegra. Escucha sus
confidencias, sus problemas. La llama al menos una vez a la semana para
saber de su vida. Sume puntos si la suegra no tiene hijas (mujeres).
Nuera Guerra Fría: Es la reina de la lengua afilada y el doble sentido.
No ataca de manera frontal, sino haciendo uso de espionaje. Ver Suegra
Guerra Fría.
Nuera Penedo: Está siempre alerta para que la suegra
no le meta goles dentro de su portería. Que no le dé gluten a los niños.
Que no los deje dormirse después de las 8. Que no los deje usar el iPad
en la mesa. Que no le digan mamá a la abuelita.
Nuera Conveniente:
Sólo se acuerda de la suegra cuando le falla la nana o cuando se va de
vacaciones con el esposo. Es una nuera cruel y despiadada, que puede
llegar a usar a los nietos como moneda de canje para obtener lo que
quiere.
Nuera negativa: Es incapaz de leer buenas intenciones en los
actos de su suegra. La madre de su esposo es culpable y mala, hasta que
pruebe lo contrario.
Nuera perfecta: La que todas deberíamos aspirar a ser. Una dosificación de todas las anteriores.
Esta categorización, la hago luego de entrevistar a varias amigas de
todas las edades y realizar otras tantas observaciones personales. Por
razones obvias, algunas me han solicitado la más absoluta discreción en
cuanto a sus identidades. En lugar de buscar opiniones de
profesionales, en esta ocasión voy a ofrecerles consejos de la sabiduría
popular, en broma y en serio. Sólo la experiencia con gente de carne y
hueso nos ilustrará:
"Yo la escucho con una actitud humilde y
abierta, como quiero que me escuche ella a mí, no porque voy a hacerle
caso en todo lo que me dice, sino con la sincera intención de
entenderla. Jamás usaría una palabra como ´obedecer´, ni yo a ella, ni
ella a mí.
Analida, 18 años de casada
"Entender que ella estaba
primero que yo. Sin ella hubiese sido imposible conocer a mi esposo y
poder disfrutar de sus cualidades y bondades. Hay que colaborar para
llevar una relación abierta y sana. Las relaciones no son perfectas,
considero se construyen con los años y según las vivencias, pero hay que
darle oportunidad de que participe. Si no le doy ese espacio sería
imposible conocernos."
Vero, 13 años de casada
"Tener presente
que en el fondo sus intenciones son buenas. Ella es quien cuidó y crió
al hombre maravilloso que tienes hoy. No discutir con ella, si no estás
de acuerdo solo ríete, total el hombre de su vida se fue contigo. A ti
también te costaría."
Isabel A., 8 años de casada
"Todo se
resume en poner los puntos claros y que entiendan que no pueden
traspasar tus límites. Que la mamá (de los nietos) eres tú y que nadie
puede pasar por encima de tus designios. Ellas comprenden y de cuando en
cuando miden fuerzas, pero no les queda más que aceptar el cambio."
Rebeka, 17 años de casada
"Que viva muy lejos. Mentira, mentira. Tener gestos con ella para que siempre se sienta considerada."
Eva, unida por 5 años.
"Con decirte que la mía me movía los adornos de mi casa. La verdad es
que no hay consejo que sirva. Tú siempre seras nuera: la que "no era".
El problema es que para llevarse bien hay que dejarlas participar y
opinar...y entonces se te montan. Hay que establecer límites, y
asegurarse de que ella los entienda."
Yamileth, 16 años de casada
"Tener presente siempre que es la mamá de tu esposo. Ellas siempre van
a pensar que ninguna mujer puede atenderlos tan bien como ellas, pero
igual hay que quererla y si tienes la oportunidad de demostrárselo, pues
mejor."
"Humildad, no guardar ningún tipo de resentimientos y
tratarla con mucho respeto. Mi suegra fue una mujer muy especial, me
ayudó como si fuera mi madre cuando mi hija mayor nació.
Desafortunadamente, mi mamá estaba hospitalizada cuando dí a luz y yo no
sabía nada de nada. Ella me ayudó como si fuera mi madre y cuidó de mi
niña de una manera asombrosa, sin embargo, llegó a decirme una frase
que me dolió en el alma. Me dijo… --tú sabes, que hay un dicho que dice,
hijos de hijas, nietos serán, hijos de hijos, quién sabe. Me dolió
pero no le di mayor importancia, porque si se la daba, podía detestarla
toda la vida."
"Quererla solo porque es la madre de tu esposo y
abuela de tus hijos, ser tolerante y respetuosa y si se pone muy
intensa, guardar distancia."
Adela, 38 (deliciosos) años de casada.
Definitivamente hay un factor común en el triángulo: el esposo/hijo. Si
él no le da su lugar a cada una y se limita a presenciar el catfight
entre la mamá y la esposa desde las gradas, como si fuera una escena de
Game of Thrones y con palomitas de maíz en mano, las cosas no van a
terminar bien. La inteligencia emocional del esposo/hijo en relaciones
complicadas, es vital. Tiene que ponerse los pantalones y defender a su
esposa, o recordarle a su esposa que su madre es su madre y se respeta.
Las palabras clave para que nadie salga herido en estos enfrentamientos
son, respeto, espacio, detalles, tolerancia, agradecimiento,
oportunidad. Cada quién tiene que poner de su parte.
Toda relación
personal toma tiempo, y mucho más en el caso de las nueras y suegras,
pues ambas son mujeres que el destino ha unido de manera misteriosa en
torno a la historia de un mismo hombre. Las dos tienen la tarea de ser
inteligentes y prácticas sobre el vínculo político que las une, pues una
vez que hayan nietos involucrados, si todo el mundo no está en la misma
página del libro, comenzará, como dicen Rubén Blades, "la segunda del
noveno". Ah, y recuerda la ley del Karma: "Lo que das, volverá a ti,
tarde o temprano". Quizás algún día te toque abrir la puerta y ver a una
chica con el cabello pintado de azul, llena de tatuajes y piercings,
vistiendo una camiseta diciendo "Odio la Guerra de las Galaxias, a los
Beatles y a Mafalda" preguntando por tu hijo. Y entonces sabrás qué se
siente estar del otro lado.
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